Dejé que el agua cayera sobre mi cuerpo y removiera de cada pliegue el aroma de sus manos, el sabor de su lengua, recorté mi pelo y lo escondí en una bolsa con todas las cosas marchitas de casa:

Respiro hondo, el sol se levanta; cojo mis bolsas y me encamino al vertedero... desnuda, porque nada de mi me queda. La gente mira mi aspecto, entre sucia y abatida, pero no interfiere. Llego al lugar...respiro otra vez, una canción ronda en mi cabeza y no pude tirarla...frente al abismo dudé si arrojar mi cabeza, pero no, la luz hizo que mis manos dejaran caer una a una mis bolsas, cada caricia, cada olor, cada risa se arrancará con el tiempo...miro como se hunden, el aire se limpia y respiro al oír el viento de color purpura.
Decido volver a vivir, pero al girarme vi, con sorpresa, a incontables personas desnudas abatidas, con sendas bolsas y tatareando canciones que no pueden olvidar y oscuridad en sus cabezas..
No hay comentarios:
Publicar un comentario